Abarcan todos los aspectos del proceso de fabricación, desde la adquisición de materias primas hasta el envasado y distribución del producto terminado. Los principios básicos de BPM incluyen:

Higiene y Sanidad:

Mantener instalaciones, equipos y personal en condiciones higiénicas para evitar la contaminación del producto. Esto incluye la limpieza y desinfección de áreas de trabajo, equipos y utensilios.

Control de Calidad:

Establecer procedimientos para asegurar que los productos cumplan con los estándares de calidad y especificaciones técnicas. Esto implica realizar controles y pruebas en diferentes etapas del proceso de fabricación.

Capacitación del Personal:

Asegurar que el personal esté adecuadamente capacitado y entrenado en las prácticas de manufactura y en los procedimientos específicos de su trabajo. La formación es clave para mantener altos estándares de operación y calidad.

Mantenimiento de Equipos:

Implementar un programa de mantenimiento preventivo y correctivo para garantizar que los equipos y maquinaria funcionen correctamente y no comprometan la calidad del producto.

Documentación y Registros:

Mantener registros detallados de los procedimientos de manufactura, inspecciones, pruebas y otros aspectos relevantes. La documentación adecuada facilita el seguimiento, la auditoría y la resolución de problemas.
 

Control de Proveedores:

Evaluar y controlar la calidad de los proveedores de materias primas y materiales para asegurar que cumplan con los estándares requeridos.

Gestión de Riesgos:

Identificar y gestionar los riesgos asociados con el proceso de fabricación, incluyendo la implementación de controles y medidas preventivas para mitigar posibles problemas. La implementación efectiva de BPM y su vigilancia ayudan a las empresas a cumplir con las normativas, optimizar sus procesos y garantizar la satisfacción y seguridad del consumidor.